El helado | El Diario Vasco

2022-09-03 09:49:08 By : Ms. Leslie Wei

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Resumen de lo publicado. Tras una provechosa visita al Topic, y ante la elección del sabor del helado a escoger, dejamos a nuestro náufrago veraniego navegando en un mar de dudas.

Me decido finalmente por un clásico, el de fresa. Le doy un primer lametón, y mi mente viaja a un territorio feliz y más seguro, el de los recuerdos de infancia. ¡Ay, esos helados de corte de Eceiza, cuadrados, y abrazados por dos tapas de barquillo también cuadradas! Los chupabas y se iban adelgazando, hasta que acababas comiéndolos a mordiscos junto con el ya húmedo barquillo.

Y los polos, pedazos de hielo con palito y un edulcorante, naranja o limón de habitual, que comprabas en Gorrotxategui por unas pocas perras, dos reales de peseta, ¿los recordáis, los reales, con un agujero en medio, ideales para utilizar como tope de la cuerda con la que bailábamos la siba?, o alguna peseta, seguro que a duro no llegaba. Los consumíamos con tal ansia e impaciencia que succionabas el sabor y al final te quedabas con un triste e insípido trozo de hielo que, claro está, también iba para adentro.

Había una 'chuche' a la que también recurríamos, el conocido 'flash' de diversos sabores, un producto líquido endurecido de una manera muy bien explicada por la cancioncilla de propaganda conocida y tarareada por todos: «flash golosina mi rico helado, del congelador lo saco congelado, siempre en la cima flash golosinaaa... Yo de naranja y fresa. Yo de piña y menta. Y yo flash golosina de limón...».

Vuelvo al presente de mi verano agostí, y lamo con fruición el helado, que se escurre cucurucho abajo. Lo como rápido, también el barquillo, pero se me manchan las manos. Se me quedan pegajosas. ¿Dónde limpiarlas? Paso por el baño del Frontón, me tomo un café con hielo en la barra, saludo a un par de conocidos, «¿cómo va?, ya ves, a la sombra, como los presos, jaja», me agencio un botellín de agua fría y, pertrechado de valor, me sumerjo de nuevo en el calor de la calle.